A la hora de vestirnos para salir a la montaña a correr tenemos que seguir el sistema de capas. Jugar con la superposición de prendas permite regular la temperatura corporal: no perder demasiado calor o no transpirar en exceso. Nuestro rendimiento depende en gran parte de mantener una temperatura confort estable.
Según el nivel de intensidad de la actividad aeróbica que realicemos y de la temperatura exterior, tendremos que ponernos más o menos capas, y con un poder térmico diferente. También influye en la elección de qué ponernos encima el entorno donde estemos corriendo o entrenando (alta montaña o un sendero en la costa) y la duración de la actividad: no es lo mismo correr un kilómetro vertical que una prueba de ultradistancia, donde combinamos tramos caminando-corriendo, donde podemos encontrarnos varias horas bajo la lluvia o expuestos a bajas temperaturas o incluso paramos a descansar y tenemos que ponernos algo encima de abrigo para no dejar escapar el calor corporal.
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Impermeabilidad
A la hora de correr por la montaña es fundamental llevar una tercera capa que nos proteja de la meteorología adversa: lluvia, nieve, viento… Hay chaquetas cortaviento sólo, otras impermeables y cortavientos… a elección del consumidor, pero todas ellas deben protegerte de los elementos y al mismo tiempo tener un alto grado de transpirabilidad.
La impermeabilidad se mide en columnas de agua (milímetros) o valor teórico de impermeabilidad tras realizar una prueba de laboratorio denominada test Schmerber (altura de la columna de agua en mm que la prenda soporta sin mojarse).
Para que algo sea impermeable, que te proteja bajo una lluvia constante, lo recomendable es que no esté por debajo de los 10.000 mm. Por ejemplo, para actividades outdoor en montaña, los mejores tejidos del mercado rondan los 20.000 milímetros. En trail no es necesario tanta, la organización del Ultra Trail del Mont Blanc, por ejemplo, recomienda 10.000 mm como mínimo y un RET inferior a 13.
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Transpirabilidad
Expulsar el sudor y la humedad al exterior para regular ese exceso de calor que producimos al movernos es básico para mantener nuestro rendimiento y comodidad mientras corremos. La mayoría de prendas técnicas diseñadas para actividades aeróbicas se fabrican con tejidos que expulsan la humedad al exterior en mayor o menor medida. Y ese grado de transpirabilidad se mide en RET (Resistencia Evapotranspiración Textil), que el número de litros de vapor de agua por metro cuadrado que se evapora cada 24 horas. Cuanto menor sea el número RET, mayor será la capacidad para transpirar del tejido. Para correr por montaña se recomienda un RET igual o menor a 6 (RET<6).
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Ligereza
Al ir corriendo el ahorro en peso es más ventajoso que en una tercera capa típica de montaña o alpinismo, donde estamos más “parados” y necesitamos más protección duradera frente al mal tiempo. Las terceras capas para trail tienen que estar entre los 180 g -o incluso menos- y los 350 g.
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Comprimible
Que ocupen poco volumen. En una carrera o entrenamiento solemos pasar por diferentes condiciones climatológicas, y muchas veces hay que quitarse la tercera capa y llevarla en la mochila. Por eso es importante que la chaqueta sea comprimible y que ocupe el menor espacio posible. Muchas de las terceras capas para trail se pueden guardar en su propio bolsillo, algunas de ellas las puedes plegar y llevar en un puño.
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Comodidad
La tercera capa se tiene que adaptar a tu cuerpo y permitirte total libertad de movimientos. Debe permitirte movilidad casi absoluta de los brazos vertical y horizontalmente sin que te deje los riñones al aire ni te moleste. La capucha debe permitirte visibilidad, verifica que se pueda ajustar.