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Saucony Ride 15 TR

Ya sea en nuestra tienda de confianza, o en el marketplace de turno, la variedad de zapatillas es tal, que puede llegar a ser abrumadora.

El exceso de opciones puede generar incluso el efecto contrario al deseado (comprar), pero es que a mayor número de opciones, más aumenta la dificultad para procesar tan ingente cantidad de información y datos.

Es lo que se denomina “la paradoja de la elección”.

Y es que tan negativo es tener una única opción, como tener 15.

Te voy a detallar aspectos que has de tener en cuenta cuando decidas cambiar (o estrenar) zapatillas.

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Asegurate de escoger bien tu número

No es extraño en absoluto, escuchar quejas de corredores que no han escogido correctamente el número de su zapatilla, aspecto -y efectos- que se perciben en la primera salida. Esto puede darse por exceso o defecto, y cualquiera de las dos opciones es negativa.

Si hemos escogido un número por debajo, durante un descenso, bien porque sea pronunciado, o bien porque sea largo (si se juntan los dos factores, puede ser demoledor), los dedos tocarán en la puntera, provocando dolor, llegando a causar las temidas uñas negras.

Si por el contrario, nos hemos decantado por un número más grande de lo que sería ideal, el movimiento del pie será excesivo.

¿Qué puede provocar esto? Primeramente notaremos movimientos internos indeseados que se traducirán en imprecisión, es decir, donde pongamos el pie (si la superficie presenta inestabilidad), provocará desplazamientos que serán causa de inseguridad.

Por otro lado, demasiada libertad del pie dentro de la zapatilla, provocará un alto grado de fricción, Si este roce es excesivo, será causa de una incómoda sensación de quemazón, irritación de la planta del pie, y finalmente resultará en ampollas.

Así pues, para no equivocarte, deberás extraer la plantilla de la zapatilla y colocarla debajo de tu pie, en posición erguida. Debería sobrarte entre 8 y 10mm. teniendo como referencia el dedo más largo.

Importante: toma esta medida con el pie que tengas más grande. Normalmente, en una gran mayoría es el derecho, pero de todos modos, asegúrate de este detalle.

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¿Es necesario ir a la última?

Cada año salen modelos nuevos, algunas versiones llevan 25 ediciones. Por tanto, ¿es necesario ir a la última? Definitivamente NO.

Es cierto que las marcas van mejorando sus modelos y puliendo detalles en cada nueva versión, pero en muchas ocasiones, se trata de cambios de carácter estético.

En ocasiones, pueden cambiar los tejidos, lo que afecta poco o muy poco la funcionalidad, y bajo el pretexto de mejorar la transpirabilidad, presentan la nueva generación.

Otras veces, efectivamente las revisiones son de mayor calado, y presentan nuevos diseños en las suelas, o en la amortiguación, que puede cambiar casi por completo -incluso- la filosofía respecto al modelo precedente.

Ante tal disyuntiva, considera los precios de modelos anteriores, ya que puedes encontrar descuentos muy interesantes, y si son tus primeras zapatillas de trail, creo que no deberías descartar esta opción.

Si eres fiel a una marca y a un modelo, posiblemente te merezca la pena continuar con el modelo más reciente.

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El uso; tu necesidad

Es esencial tener claro a qué actividades vamos a destinar nuestra zapatilla. Si lo que queremos es correr ocasionalmente, no tendrá sentido un modelo de máximas prestaciones.

Hemos de tener en cuenta el terreno. Hoy, existen modelos para cada modalidad o disciplina dentro del trailrunning, por minoritaria que sea, por ello, es vital saber en qué marco utilizaremos nuestra zapatilla. Es decir, en base a nuestro terreno, escoger la suela que mejor se adapte. No todas las zapatillas valen para todo, si bien hay modelos muy polivalentes y con amplio rango de uso.

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Adaptar la elección a la actividad

Este punto va muy en consonancia con el anterior. Si sabemos cómo es el terreno habitual de nuestras salidas y entrenos, y ya sabemos qué tipo de suela escoger, ahora debemos evaluar nuestro volumen de kilómetros y peso, para ir cerrando el círculo de posibles candidatas.

Por ejemplo, si lo que buscamos es una zapatilla muy específica, y pretendemos reservarla para los días de carrera, optaremos por un producto, que será diferente del que escogeremos para salir en el día a día, para entrenar, y acumular volumen.

Para competición, y dependiendo de la distancia, buscaríamos las prestaciones, dejando en un segundo término la durabilidad. Todo lo contrario a una zapatilla de entreno, que buscamos durabilidad, y que sea cómoda (de acuerdo a nuestras preferencias y morfología), llegando a penalizar el peso, que en este caso, no es determinante.

Deberás pues, escoger el modelo que más afinidad tenga con las distancias a recorrer, y el terreno sobre el que se utilizará.

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¿Perfiles altos o bajos?

Si echas un vistazo a los modelos actuales, verás que la tendencia en cuanto a perfiles altos (en la mediasuela, o amortiguación) está muy consolidada.

Hace no demasiados años, “identificar” el uso de una zapatilla, era muy fácil, tan solo había que fijarse en los perfiles; si era medio o tirando a alto, estábamos ante una zapatilla de entreno. Si por el contrario, la amortiguación presentaba una estética más simplista, teníamos delante una zapatilla para competición.

Hoy, esto ha cambiado, pues incluso modelos de competición muestran perfiles altos, con un peso muy reducido, gracias a las espumas de la amortiguación, cada vez más ligeras y con mayor rebote y más controlado.

No a todo el mundo le van bien los perfiles altos, hay usuarios que se encuentran inseguros, y perciben sensación de inestabilidad, ya sea en estático (al calzarlas en la tienda) o en dinámico (corriendo).

En el lado contrario, hay corredores que no se sienten cómodos tan cerca del suelo, o con tanta percepción del terreno, bien sea porque sean corredores de peso algo elevado, o por una cierta falta de técnica, donde es el corredor el que se encarga de absorber las irregularidades, delegando poco o nada a la zapatilla.

Si eres principiante o acabas de debutar hace poco en montaña, mejor buscar un término medio. Necesitas un cierto control en la zapatilla, con protección en la pisada.

Ten en cuenta, que hay modelos que ofrecen una protección interna, insertada entre la suela y la amortiguación, que te protegerá de las piedras y raíces puntiagudas. Este elemento no hará más pesada y menos dinámica la zapatilla, y te ofrecerá un extra de seguridad.

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¿Cierre por cordones tradicionales, o inventos varios?

Habrás visto que además de los cordones de toda la vida, hay otros sistemas, como la lazada rápida con una especie de “cables” que quedan asegurados por un estrangulador, o una ruedecita micrométrica similar a las de las botas de ciclismo y esquí.

Sin duda, todos los sistemas son válidos y funcionan realmente bien. Evidentemente, cada uno tiene sus matices, y suelen asociarse a ciertas escalas de precios.

Por ejemplo:

  • Cordones: el sistema más ligero y con más posibilidades. Y es que ante una improbable rotura del cordón (no me ha pasado nunca), siempre podrás utilizar menos ojales para hacer una lazada más corta, y acabar tu actividad o carrera. No te dejarán tirados nunca.

  • Sistema de lazada rápida (o Quick-Lace de Salomon): Un sistema que ha demostrado fiabilidad, pero que tiene sus puntos negros, como pérdida de suavidad con la suciedad y el barro. Con este tipo de condiciones, la usabilidad peligra.

Por otro lado, según el grosor de la lengüeta, los finos cables pueden llegar a molestar en el empeine.

Y finalmente, si se llegasen a bloquear o romper durante la actividad (y peor aún en carrera), lo tendríamos complicado para poder continuar.

En algunos modelos, tienden a aflojarse con bastante frecuencia.

A cambio, es un sistema muy rápido de utilizar.

  •  Sistema micrométrico, o BOA: es el más “cool», el más avanzado tecnológicamente.

La gente de BOA está invirtiendo mucho en mejorar, perfeccionar y aligerar su famoso sistema de ruleta por clics. Es el sistema más rápido y preciso.

Tenemos la tensión exacta que necesitamos en cada momento.

Podemos apretar (ajustar) para acometer zonas técnicas, obteniendo mayor sujeción, o aflojarlo en largas subidas donde la velocidad de progresión disminuye, y preferimos tener el pie algo más libre.

Para disfrutar de todas estas ventajas, deberemos hacer un mayor desembolso, ya que este tipo de cierre, lo encontramos en modelos de gamas altas, generalmente por encima de los 160€.

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Saucony Ride 15 TR